La taberna (termopolium) de Lucio Vetutio Plácido en Pompeya ha sido abierta de nuevo al público tras haber permanecido cerrada durante años para ser sometida a delicados trabajos de restauración y conservación. Es uno de los lugares mejor conservados de Pompeya y en él se puede apreciar cómo eran estos establecimientos de comidas de la antigua Roma, de los que en Pompeya había casi un centenar.
La taberna, que daba a la calle principal, estaba presidida por un mostrador en forma de L en el que se habrían grandes contenedores (dolia) donde se guardaban los alimentos para mantenerlos fríos o calientes. Al final de esta barra aparece un hermoso altar doméstico (larario) decorado con pinturas que muestran a los dioses del hogar llevando a cabo un sacrificio. El comedor del local (triclinium) estaba acondicionado con sofás y mesas y decorado con frescos que representan el rapto de Europa por Júpiter transformado en toro. Las excavaciones también han revelado que la taberna disponía de un jardín interior o viridarium, donde los clientes podían comer a la sombra de una pérgola emparrada y en el que crecían flores y hierbas aromáticas que se usaban en la cocina.
En los termopolia, al parecer, el cliente elegía su comida y pagaba directamente en el mostrador, optando por consumirla en el local o llevársela a su casa. La mayoría de las viviendas de la ciudad no tenían cocina y comer fuera de casa se convirtió en una de las principales actividades sociales de Pompeya. Además, la comida en estos establecimientos era muy barata y estaba al alcance de todas las clases sociales.
La casa del propietario, Lucio Vetutio Plácido, estaba junto al local y sus muros también fueron decorados con bellos frescos que representan a Mercurio y Dionisio. Al parecer, Vetutio regentaba un próspero negocio, ya que durante las excavaciones se encontró un tesorillo con 585 sextercios (quizá las ganancias de dos días), que el propietario abandonó la huir precipitadamente.